Es real el hecho extraño que de alguna manera busquemos algo más en nosotros mismos, pues no siempre estamos conforme con nuestro comportamiento ante nuestros semejantes. De alguna manera queremos ser respetables como nuestro medio nos ha enseñado, y para ello nos ponemos la mascara de la virtud y cambiamos nuestra presentación ante nuestros contemporáneos, y nos cubrimos de una posible falsedad eterna, y como consecuencia de la misma, una fuerte presión psicológica puede ejercer una gran confusión en nuestros sentidos físicos y psíquicos, para bien o mal.
Es indudable que en nuestro medio normalmente nos presentamos ante nuestros semejantes con una pantalla que no permite ver nuestro verdadero interior tal como es.
Quisiera agregar a lo dicho algo sobre un mundo muy oculto, que vibra en nuestro ser interno, pero tan oculto que nosotros mismos no lo descubrimos solo lo vibramos, este mundo esta ocupado por unos pequeños seres de gran fuerza llamados “Yo” y Ego.
No quiero dejar de decir que el ser humano esta compuesto “mentalmente de múltiples instintos y pasiones que el mismo no conoce, y que lo manejan sin mas…”
Hablemos de ellos los “Yo”. Se puede decir que estos elementos o entidades psíquicas nos manejan de tal manera que cambia nuestros sentimientos y comportamientos ante nuestra sociedad, podemos continuar explicando que los “Yo,” pueden confundirnos, dado que son muchos a saber, y cada uno tiene grandes posibilidades de manejo ante el hombre, “siempre que no los pueda reconocer ni saber la influencia de cada uno.”
Comencemos con los principales que pueden ser tres; el “Yo” principal y los otros.
Tenemos “El Yo Superior o Supremo” interno y capas de grandezas, el Dios mismo de cada hombre que lo diferencia de los demás seres comunes, vulgares y deficientes. Existe el segundo, “Yo Superior interno que corresponde a las personas que luchan en su interior por los buenos deseos, que son comunes en el mundo actual”. Hablemos del “Yo inferior, maligno y capas de muchas bajezas,” que posee el mayor materialismo.
Todos los hombre genéricamente hablando, poseemos dentro de nuestro ser un mundo de instintos gemelos, los “Yo y Ego”. Según la carateristica de cada persona, unos “yo” mandan más que otros; si los que mandan son los positivos, en todo momento están presente las buenas acciones, los buenos deseos, y junto a ellos, actuaciones muy correctas que los convierten en los seres más queridos por todas las personas, coincidiendo en sus razonamientos con los sentidos de bondad y amor.
Los “Yo” superiores y también llamado Silenciosos son positivos, pueden cometer errores, por supuesto, pero luchan contra los negativos; a veces ganan los buenos y en otras ocasiones los malos, o en ocasiones forman un equilibrio desequilibrado… Muy por el contrario los “Yo” inferiores no pueden actuar bien, son muy de bajo nivel, sus instintos son de complicar las cosas y actúan como animales.
Ejemplos: YO Supremo, espíritu superior y protector del hombre con Divinidad…
El segundo ejemplo: YO superior, también protector del hombre y defensor de lo bueno.
El tercer ejemplo: YO inferior, cubierto de todas las malas pasiones, al igual que un animal; con todos sus instintos prontos para atacar, y son como monstruos malignos.
Quiero aclarar que todos los seres humanos, somos poseedores estas tres pasiones; lo importante es que podamos superarnos, y eliminar los poderes internos negativos.
Quizás poco ha poco en alguna vida, podamos eliminarlos y llegar a la fuente divina; para ello nuestra tarea es ser mas leales, afectuosos y meditar en nuestro interior para comprender y darnos cuenta cuantas, las veces que actuamos mal con nuestros iguales.
Es muy difícil convivir con el resto de las personas, pues todos tenemos algo distinto y una comprensión que muchas veces nos separan, pensando que nosotros somos mejores.
Una señora que siempre estaba de muy mal humor; me contó en una oportunidad, que ella no podía ser feliz en su propia casa, pues todos la trataban mal; “me continúo diciendo que no se entendía bien con su esposo, ni con su hija y menos con su yerno”, vivimos todos juntos y ellos no quieren cambiar nunca. Señora, le conteste, porque no empieza por cambiar usted. Pasaron varios años, y en una oportunidad se me acerco una señora mayor a mi lado; se presento y la pude reconocer. La misma me dijo, usted tenia razón, siempre alguien tiene que comenzar a cambiar; ahora con todos me llevo bien.
Es muy sabido que cada persona cree tener siempre la razón en toda oportunidad, y eso no es posible, pues para ello tendría que ser perfecta es decir “haber eliminado todos los
“YO” negativos, la parte conflictiva, la parte animal de nuestro ser interno, nuestras peleas y querellas en las que vivimos y conflictos por doquier. Solo debemos liberar lo sublime de nuestro corazón dando oportunidad a que de nuestro pecho salga el sagrado concepto del entendimiento humano ¡de donde venimos, que hacemos y donde vamos!
Alguien dijo: Las grandes pasiones del hombre, “Sexo, Poder y gloria”.
Profesor: Washington Barbot
Cultor de Ciencias Místicas
leyesuniversales@hotmail.com