Mi mente se fue despejando lentamente, y pude observar que me encontraba a la orilla del mar, en una playa desconocida. La luna reflejaba su supuesto brillo cálido y suave, esa noche de verano sobre las místicas olas plateadas; mientras tanto, me preguntaba que hacía yo en aquel lugar y como había llegado al mismo. Parado sobre una roca pude ver claramente la desolación total del contorno, no obstante divisé al mismo tiempo una vereda que rodeaba “aquella extraña casona” junto a un gran bosque de altos y enjutos árboles que a esa hora producían cierta inquietud y/o respeto.
Al tomar la vereda mi curiosidad sólo se calmó cuando me encontré frente a un gran portal abierto; y por él entré sin pensar, o” sin darme cuenta,” poseía un bello jardín que resaltaba con el brillo de la noche, poniéndole un aire de misterio. La puerta estaba abierta, su apariencia era de estar vacía; golpeé el llamador pero no obtuve respuesta, y me decidí entrar a mirarla por adentro, pues sentí la sensación que debía hacerlo de cualquier forma. La casa se me presento grande, una sala amplia que desembocaba en un inmenso salón, y al costado del mismo se desprendía una escalera estilo caracol golpeé las palmas de mis manos y tampoco me contestaron. Al sentir un sonido tipo campana de reloj mis ojos buscaron la razón del mismo, al no ver nada supuse que el sonido pertenecía al primer piso, una segunda campana, me sobresalto y consulte mi reloj, pocos instantes faltaba para los doce de la noche; subí lentamente por la extraña escalera sintiendo la continuación de las campanas “todo ocurría con mucha lentitud y mis movimientos me resultaban tan lentos, como lentas las campanas (¡todo el tiempo trascurrió como en un sueño!). Cuando llegué al primer piso, me enfrente a un hermoso reloj de píe, y sentí una fuerte energía que me llevo hacia él, y al sonar la última campana que marcaba la media noche, una fuerte atracción me dominó, y ¡penetré en el!
Oscuridad profunda y nieblas de eternidad.
Himnos Védicos
No existía algo, ni existía nada,
El resplandeciente cielo no existía,
Ni la inmensa bóveda celeste se extendía en lo alto.
¿Qué cubría todo? ¿Qué lo cobijaba? ¿Que lo ocultaba?
¿Era el mismo insoldable de las aguas?
No existía la muerte, pero nada había inmortal,
No existían límites entre el día y la noche.
Sólo el UNO respiraba inanimado y por Si,
Pues ningún otro que ÉL jamás ha habido.
Reinaban las tinieblas, todo el principio estaba velado,
En la obscuridad profunda, un océano sin luz
El germen hasta entonces oculto en la envoltura
Hace brotar una naturaleza del férvido calor.
¿Quién conoce el secreto? ¿Quién lo ha revelado?
¿De dónde, de donde ha surgido esta multiforme creación?
Los Dioses mismos vinieron más tarde a la existencia.
¿Quién sabe de dónde vino esta gran creación?
AQUELLO de donde toda esta creación inmensa ha procedido,
Bien que su voluntad haya creado, bien fuera muda,
El más Elevado Vidente, en los más altos cielos,
Lo conoce, o quizás tampoco, ni aún El lo sepa.
Contemplando la eternidad
Antes que fueran echados los cimientos de la tierra.
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TÚ eras. Y cuando la llama subterránea
Rompa su prisión y devore la forma,
Todavía serás TÚ, como eras antes,
Sin sufrir cambio alguno cuando el tiempo no exista.
¡OH, Mente infinita, Divina Eternidad!
“RIG VEDA” (Celebrar, Cantar, y Ciencia.)
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Al cruzar el reloj, pude encontrarme ante el espacio de todo nuestro universo, como si estuviera en el aire. Una mano me tomó y me mantuvo en equilibrio, la mano pertenecía a un ser semejante, pero no terrestre, viajamos en silencio, pues personalmente me sentía extasiado, y como en una excursión recorrimos en instantes, los planetas convencionales de nuestro (presunto sistema). El universo es tan inmenso que los astrónomos miden la mayor parte de las distancias en años luz. Hay muchos objetos diferentes en él. En el Universo hay una multitud de filamentos gigantes que están formados por enormes concentraciones de galaxias, multitudes de estrellas, y en lo que nos interesa las mismas tienen órbita alrededor del centro de la Vía Láctea. Nuestra galaxia contiene millones de estrellas, y es” nuestra casa.” Mundos y sistemas pude conocer, recorrer y maravillarme, todos al alcance de mi mano, y de distinta dimensión, lo desconocido se hizo conocido, pudiendo ver lo no imaginado. Por fin llegamos, después de muchas vueltas, pude pisar algo sólido junto a mi guía, llamado Hill, de un planeta no muy lejano, un ser agradable que emanaba simpatía y confianza.
Por decir algo, creo que había amanecido, los colores del lugar, tenía las tonalidades de un celeste y rosado desvanecida y trasparente. Muchas personas vivían de modo indiferente, algunas hablando sobre hechos personales y/o familiares, al parecer corrigiendo sucesos, otras meditando seriamente sumergidas en sus conceptos o fallas
Para aclarar: Se me presentó como un lugar de meditación sobre vivencias pasadas, un paraíso para vivir y estudiar todo lo vivido; como si se prepararan a reencarnar.
Siempre con la dirección del mi guía al que lo colmaba de preguntas, fuimos llegando a un lugar extraordinario; semejante a un castillo de puro cristal, trasparente a pesar de lo natural, (¡antes de entrar, no deje de admirar la belleza y encanto de ese lugar del que nunca quisieras partir!) este espacio es el que nos da la oportunidad de prepararnos para cuando puédanos volver o nos manden a algún del rincón de la gran magnitud y sepamos actuar, sabiendo que hemos subido un escalón y con una misión superior.
En la entrada del palacio mi amigo Hill, me tomo de la mano y subimos los escalones. Penetrando al lugar tan deseado por mí, y pasamos a una sala distinta, y esperamos que nos atendieran. Unos señores se acercaban a nosotros, y no pude evitar sentirme inquieto. Los eran impresionantes, sus rostros decían, seriedad y sabiduría, ya estaban.
La sala era de tamaño mediano, con una mesa en el medio y sillas a su alrededor.
“Tomen asiento” (nos dijo una voz melodiosa, a la que obedecimos de inmediato). “Ahora ¿en que te puedo ayudar?”
–“Señores –contesté- no conozco la razón por la que me encuentro en este lugar, ni entiendo la forma, o el modo de mi traslado”,.
-“Todo fue para aclarar tus inquietudes -señaló el Maestro-
– “Si, mis inquietudes son muchas, pero primero deseo saber en donde estoy; y quienes son ustedes, al igual que Hill.”-afirmé-
-“Por el momento te diré que anteriormente fuimos como tú! “-Dijo el Maestro- “El Universo es una gran ilusión real, pero mental, y quizás en el futuro tu puedas ser lo que ahora somos nosotros ¡no te sorprendas, escucha y sabrás! Teniendo en cuenta tus inquietudes y la forma en que piensas esa ilusión, ya va siendo hora de que accedas al conocimiento.”
- “Quiero saber la verdad de la vida”-le contesté-
.
- “Te explicaré: los tiempos son infinitos. Al igual que los hombre y los dioses, no tienen cuenta; el pasado no se puede medirse, ni en tiempos o pensamientos…”
-¿Qué quiere decir? ¿Acaso el tiempo no tuvo comienzo?
-“¡Oh si!”- afirmó el maestro- “Pero ese tiempo, no se puede contar…”
Ante lo cual, pregunté: “¿No me puede decir como comenzó, lo que indudablemente existe? Al menos creo que eso es posible, por lo que pude ver y sentir…”
El sabio maestro respondió: “Te diré que en un tiempo remoto, reinaban las tinieblas, y en la nada no había nada…Todo era nada. No obstante apareció el hombre y los dioses...El germen entonces ya estaba pronto...Y surgió toda esta gran creación.”
Y el Maestro continuó diciendo: “El misterio de la primera creación, que siempre ha sido la gran búsqueda de la Ciencia y de la Mística , es insondable, como insondable es su continuidad; no obstante tenemos el Universo visible presente, y en buena senda para el desarrollo de un conocimiento algo diferente al que tenemos, que lo obtendremos siempre y cuando nuestra mente se mantenga ¡abierta y despejada!... ”
Entonces le pregunté: “¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen, que poseen tanta sabiduría? Quiero saber más sobre sus conocimientos…”
El sabio maestro me contestó: “Nuestra antigüedad es mucha, y en muchos planetas hemos vivido. Todos los sistemas planetarios,-cómo escuelas que son- nos han enseñado, y no todos son visibles a tus ojos, ni llegan como el sonido a tus oídos. Sólo conocerás a aquellos que vibren en la misma frecuencia que tú, a los que estén en consonancia con tu nivel de conocimiento. Entonces, y sólo así, mayor será tú saber a lo largo de “tus” vidas. Cuando hayas evolucionado lo suficiente, sabrás comprender al dios que te habita. Te diré que hemos vivido ya en tú sistema, al igual que el guía Hill y es por tal razón que te trajimos a este espacio de meditación, y contestaremos todas tus inquietudes. ¡No juzgues lo que no entiendas, ni deseches lo que no comprendas, medita! Esta es nuestra más oportuna enseñanza.”
Pregunté nuevamente: “Dígame sabio maestro, como se formó el sistema en que vivo y como vino el hombre al mismo…”
El Maestro me dijo:”El sistema ya estaba formado, algunos en otros estados de evolución, y más en distintas dimensiones. Todo ya existía y algunos universos paralelos se entrecruzan cada uno en su nivel evolutivo. La unidad universal en que vives, no existía, nada existía…Ni siquiera el espacio que hoy ocupa…Como una casa vacía… Un extraordinario golpe de suerte químico, dio origen a un nuevo espacio de creación…Una locura de actividad; materia creándose, que existió sólo en simples partículas llamadas quarks, no estables, las que se convertían en energía. Esa energía formó neutrones, protones, electrones y tanto más… y con el tiempo, nació el Átomo;, y todo un nuevo sistema se creó . La vida esta escrita en las leyes de la naturaleza. La sangre cósmica junto a un nuevo chispazo químico, dio un nuevo lugar espacial de desarrollo para el hombre y para sus dioses. ¡Oh, los dioses! Tan mal explicados, tan manipulados para satisfacción de intereses de algunas etnias y culturas que buscaron el dominio del hombre sobre el hombre y más.
Maestro:”Quiero entender sobre los hombres y los dioses: ¿Qué relación tienen entre sí, como se formaron? Le pido que me lo explique, pues no lo comprendo.
Continúa el sabio diciendo: “Desde tiempos lejanos la línea del hombre continúa avanzando hacia un destino divino; la evolución del mismo, esta marcada para su superación en base de la purificación de sus enormes y monstruosos egos. La “Mónada” o el Ser Superior interno, lo acompaña desde su infancia hacia la evolución en su ser interior, siempre y cuando pueda salir de su encierro para guiarlo, y ayudarlo. Trataré de explicarlo mejor. La “Mónada” es la parte inmortal del hombre que se reencarna en los reinos inferiores de las nuevas creaciones en el espacio infinito”; y progresan gradualmente a través de ellos hasta el hombre, y después hasta la meta final, que es integrarse en Dios y ser parte de Él…
Continué preguntando:” ¿Qué me puede decir de la existencia del Diablo, y de los famosos pecados, que según algunas religiones, el hombre comete…?”
Explica el Maestro: “Hombre del Planeta” Azul”, te diré que el llamado “diablo o demonio, no existe más que en nuestro interior, apoyado por los malos egos y “yoes” inferiores, el diablo sólo existe en nuestra imaginación, y con nuestra maldad faltando a las leyes de la creación, ante nuestros hermanos...Nosotros somos el mismo demonio…¡No hay otro! Hermano Azul: Pecado es una simple palabra sin fundamento real. El pecado no es más que nuestra propia ignorancia, y lo cometemos por no saber lo que tendremos que pagar por ello; en ésta o en una próxima vida…Si lo supiéramos, no los cometeríamos. Recuerda esto: Ese invento llamado pecado atrasa nuestra evolución por los miedos que nos inculcan con ciertas creencias…
Le pregunté al Maestro sobre los vínculos entre el hombre y dios:“Ya me ha explicado como aparece el ser humano en este planeta…Pero me pregunto entonces, si los Dioses mismos vinieron más tarde a la existencia, ¿quién es creador de quién, y como funcionó un proceso de tal magnitud…? ¿Acaso hay alguna explicación manipulada, o que nuestros miedos no nos dejan comprender o aceptar?
Dijo el Maestro: “Hombre Azul, es mucho lo que preguntas, y ciertamente te digo que aún no estas preparado para entender toda la magnitud, de la Infinita Creación con Mayúscula y más…”
El Maestro Sublime, con su melodiosa voz continúa su enseñanza: “Cuando se forma una nueva creación, las Monadas sublimes olvidan su procedencia, y comienzan trabajando en los minerales más simples que se van formando con los siglos. Luego pasan al mundo vegetal, y así al animal...Más tarde, la existencia de la Mónada da un paso gigante en su progreso para el desarrollo humano. El ser superior interno que habita en el hombre comienza recordar, a comprender, a reconocer de donde viene y hacia donde va…Después de un arduo trabajo para el humano, éste debe trascender hacia un nivel superior, para lo cual, necesita purificar su Alma…El Ser después de subir escalones, de adquirir sabiduría, comprensión y amor, pasa por muchos niveles…Ayudará y guiará así al hombre, para que pueda eliminar sus “yoes” y “malos egos”; los Karmas generados en nuestras vidas, pueden desaparecer con Amor.”
Sabio Maestro: “Quisiera que me explicara el camino de nuestra evolución, que según sé, ocurre paso a paso, de escalón en escalón”.
Me explica el sabio maestro: “A partir del momento actual, hombre Azul, ya en estado “Físico”, si corresponde, pasarás a la categoría de ‘Astral’, un espacio intermedio entre el Alma y el Cuerpo….Luego, y de acuerdo con tu proceso para alcanzar un escalón mas alto, tú nivel será el “Mental…” Si continúas tu evolución, el próximo estado se llama “Búdico”…Se trata de una etapa muy superior: durante ese proceso puedes estar pendiente del hombre y sus errores como Maestro superior espiritual.
“Paranirvánico” es una expresión del sánscrito, y representa la unión con lo “Supremo” es decir, Dios… Un último y superior estado es el “Mahaparanirvánico…” En este plano el antiguo hombre, que ahora es mente divina de Dios, pasará a ser parte de Él, uniéndose como una gota de agua en el inmenso e insondable “Mar.”
Maestro: “Lo siento, Maestro, pero este concepto me resulta muy complejo, y realmente quiero comprender…”.
El Sabio Maestro continúa con su enseñanza: “El espíritu divino, o su Yo interno, libre ya de de todas las trabas de la materia y en su evolución completa, después de haber rescatado el Dios que posee en su corazón; se funde en el espíritu, como una gota de agua en el inmenso océano. En esta unión, ya no existen más las necesidades humanas, deseos, pasiones, dolores, odios, ambiciones desmedidas El hombre ya no existe más como hombre, pues pasa a ser una especie de Dios. Te lo explicaré de otra manera: el hombre siempre fue Supremo en su interior, pero como no lo sabía, no le permitía actuar como tal. Las “vidas” con sus sufrimientos le dieron la oportunidad de conocer lo que poseía en su interior…En una palabra, lo despertó,” y dijo: Soy tú Dios interno…”
Ante esta afirmación miré al Maestro con sorpresa: “¡No se si lo entendí correctamente, por favor, necesito mas detalles!”.
El Maestro con su dulce y cálida mirad responde: “Azul, recuerda siempre que éstas enseñanzas en el camino del “Ser” humano, es un hilo que no se debe romper, pues su transitar por los mundos, uniendo todas las experiencias, es fundamental para el futuro de las mentes divinas, que juntas forman el ‘Dios tan poderoso’ y orado. Por último, ser del Planeta Azul, te diré que los Dioses no son eternos, se forman por la unión de cierta cantidad de mentes superiores del hombre primitivo”, superados y convertidos en mentes divinas, y como en una fuente invisibles, se unifican. Sus tiempos son distintos e inmensamente grandes Al reencarnarse, si su actuación ha sido satisfactoria, pasará a ser un Dios de mayor magnitud’…Recuerda siempre, muchacho, ‘Como es abajo, es arriba… “El camino del humano es llagar a ser el Dios que nos Ampara y fortalece…”
Tras abrirme este camino, pleno enseñanzas, los Maestros partieron, dejándome sumido en mis pensamientos junto a mi guía Hill. Junto a este salí del castillo…Muy cerca de allí, me senté en una roca, y con los ojos cerrados, me sumí en la más profunda meditación…No sé cuento tiempo estuve en ese estado…
Sólo puedo decirles que súbitamente abrí mis ojos, y tuve la sensación de que todo había sido un sueño…
Miré a mi alrededor…Pero ya no estaba Hill, ni el castillo, ni los seres que antes había contemplado en el lugar…Me encontraba sentado en la misma roca, pero ahora ante mí, estaba el mar, era una playa completamente desconocida…
Tuve la sensación de haber despertado de un sueño… Pero, al mismo tiempo, tenía la certeza de que nunca había estado dormido…
Profesor: Washington Barbot
Cultor de Ciencias Místicas
Conocimientos Milenarios
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